Mendeleiev planteaba que las características de los elementos debían responder a una ley periódica que aún era desconocida. Él estaba seguro de su teoría y eso lo impulsó a llevar a cabo predicciones que, quizás para la época, era un poco arriesgada, pero que con los años demostraron que eran ciertas.
Algunas de estas predicciones son:
- Dudo del valor de la masa atómica de determinados elementos, como por ejemplo el uranio, dándole otro valor, que para él, era el más idóneo.
- Modificó el ordenamiento de las masas atómicas en ciertos elementos, para que así, estos pudieran agruparse mucho mejor, con otros elementos de similares características como por ejemplo el cobalto-níquel.
- Dejó en la tabla, espacios que en un futuro pudieran ser ocupados por elementos que aún se desconocían. Como por ejemplo el escandio, el galio, etc.
Cabe acotar que esta última predicción fue de gran utilidad ya que vaticinó la existencia y exacta ubicación, de los elementos aun no encontrados, otorgándoles un nombre transitorio, como lo fue el galio, a quien denominó eka-aluminio, por localizarse éste por debajo del aluminio en la clasificación.
El primer orden realizado por Mendeleiev no fue del todo aceptado, sin embargo con el paso del tiempo y con las modificaciones correspondientes, en 1872 pudo publicar su nueva tabla periódica, la cual estaba compuestos por ocho columnas distribuidas en dos grupos, que luego con los años, se les llamó familia A y familia B.
Esta nueva tabla periódica, presentaba las fórmulas universales de óxidos e hidruros, en cada uno de los grupos e inclusive las valencias de los elementos.
La tabla periódica de Mendeleiev ha sido con el tiempo mejorada y ampliada, a raíz del descubrimiento de elementos nuevos, aunado a la evolución de modelos teóricos que han surgido para explicar la conducta química.