Por otra parte esta es una palabra que hace referencia al convencimiento de la existencia de seres divinos o deidades. Según el teísmo Dios es “un ser vivo” que tiene la facultad de influir en lo que puede pasar con el mundo a lo largo de los años y también con los hombres que habitan en él. Es importante tener en cuenta que se considera a un Dios como tal cuando se cree en un ser sobrenatural capaz de tener poderes de igual modo sobrehumanos y maravillosos como por ejemplo el hecho de poder dar o quitar la vida. Esta palabra nació en Grecia antigua cuando ellos creían y tenían fe en los dioses griegos pertenecientes al Olimpo, pero posteriormente fue tomando diferentes significados en distintas regiones debido a la diversidad de creencias un uno o varios dioses por la variedad de religiones y también por las distintas aptitudes que se les atribuida a cada uno de esos dioses.
Unido al teísmo hay varios términos que lo acompañan como lo es el Deísmo, que indica que el dios o dioses que han creado al universo no han intervenido más en él desde su creación. Para los deístas la manifestación de Dios es a través de las leyes sobrenaturales que se pueden analizar por medio de la ciencia. Por otra parte está el No-teísmo en el cual no se cree en ningún dios, pero si en alguna otra presencia espiritual, por ejemplo el Budismo pertenece a este tipo de religión en donde creen y practican las enseñanzas de Buda que fue también un ser humano. Y el Teísmo propio, donde existe un Dios que creó al universo y además interviene directamente en él, aquí se puede destacar el monoteísmo que admite la presencia de un solo dios como en el catolicismo o el judaísmo y el politeísmo donde se afirma que hay varios dioses como lo es el hinduismo. Esta es la verdadera aceptación de este término desde el siglo XVII, es decir se fue limitando el uso del término teísmo hasta llegar al que admite a un Dios personal, trascendente y creador.