Este vocablo puede tener una connotación negativa, ya que en muchos casos suele utilizarse la figura del testaferro para cometer ciertas negociaciones de forma ilícita o poco transparentes. En el mundo de la política este término es muy utilizado ya que existen personas que ocupan cargos políticos o públicos que no pueden usar sus nombres para realizar ciertas negociaciones ya que pueden infringir sus obligaciones como funcionarios, por lo tanto solicitan los servicios de alguien para que les sirva de testaferro y así no verse vinculado con el negocio, el testaferro únicamente presta su nombre (a cambio de un monto pactado), ya que realmente son otros los que reciben las ganancias.
La figura del testaferro o prestanombres como también se le conoce, con el paso del tiempo ha ido progresando, existen muchas maneras de ser partícipes de ello. Muchas personas ignoran que con tan solo prestar su nombre o su cuenta bancaria para alguna transacción ya se está convirtiendo en un testaferro. Sobre él recaen todas las responsabilidades legales de la persona a quien está reemplazando, inclusive si el negocio es lícito. De igual manera deberá responder ante la justicia si el negocio tiene conexión con delitos de narcotráfico, evasión fiscal, lavado de dinero, etc. El testaferro no podrá alegar desconocimiento y deberá responsabilizarse penalmente de lo cometido.
Es importante que las personas que vayan a ser testaferro de alguien, sepan muy bien cuál es el negocio que están tratando, ya que prestar su nombre para realizar cualquier transacción o compra de algo puede ser la mayoría de las veces un arma de doble filo.