Cabe destacar que la Torre de Babel no solo representa una edificación clave dentro de la tradición judeocristiana, ya que además de ello pertenece al ideario universal y su historia ha logrado mantenerse a través de los siglos. Sin embargo se debe señalar que la leyenda de la torre reposa sobre una realidad, ya que hay quienes consideran que dicha edificación si existió nena la ciudad de Babilonia, un edificio que contaba con varios pisos y cuyo origen se desconoce, esta fue restaurada en tiempos de Nabopolasar quien fuera el fundador de la dinastía caldea.
Dicha construcción era conocida bajo el nombre de Etemenanki, que puede ser interpretado como la mansión de lo alto entre el cielo y la tierra, razón por la cual se relaciona con las principales interpretaciones que aparecen en el capítulo 11 del libro de Génesis, el cual habla sobre la construcción de la torre, que los hombres tenían como objetivo alcanzar el Cielo. Según inscripciones que datan del tiempo de Nabopolasar indican que: » el gran dios de Babilonia habría ordenado a Nabopolasar crear dicha edificación para que pudiera alcanzar el cielo». Lo que concuerda con la historia bíblica. Otra inscripción, de los tiempos de Nabucodonosor II, se relata que la decoración de la cúspide estaba fabricada a partir de ladrillos de esmalte azul brillante, es decir, adornada de un color similar al cielo, para que de esa forma pudiera mimetizarse para dar la impresión de que el edificio alcanza a rozar con el cielo.