Qué es un trastorno
Esta palabra puede emplearse en diferentes ámbitos, por ejemplo, en la salud, se trata de una alteración o enajenación psicológica y mental que cambia radicalmente la conducta de las personas. También puede hacer referencia al cambio drástico en el funcionamiento operacional de un objeto o de un proceso.
Generalmente, cuando se menciona un trastorno, se hace referencia a los desequilibrios psicológicos, estos se basan en trastornos mentales que pueden llegar a padecer algunos sujetos de la población mundial. Estos tienen tratamientos de psicoterapia y son de mucha ayuda para los pacientes.
Estos pueden ser congénitos, desarrollados por anomalías de tipo cerebral, por entes externos a las personas, o simplemente por cuestiones biológicas. También es posible hablar de trastornos físicos, los cuales están íntimamente relacionados con los psicológicos, porque estos impulsan a que se originen los físicos.
Llegados a este punto, no resulta para nada difícil determinar lo que es un trastorno, pero hay que tomar en cuenta las diferentes características que lo envuelven, sus tipos y los riesgos que estos pueden ocasionar en la vida diaria de las personas que los padecen.
Características de los trastornos
Toda enfermedad, objeto e incluso procesos cuentan con una serie de características que los individualizan y en el caso de los trastornos, es exactamente igual. La primera característica elemental es la preocupación a nivel corporal, se presentan alteraciones cardíacas y sudoraciones excesivas, esto es motivado a la sospecha de que algo no anda bien en el organismo.
La segunda característica es la negación o el miedo a saber que se tiene un trastorno (sin importar su tipo). Acá se pueden presentar dos vertientes, ambas totalmente válidas y variables de acuerdo a la persona.
La primera es la negación absoluta de visitar a los médicos y especialistas, de esta manera, evitan confirmar que tienen una enfermedad. La segunda es la consulta médica repetitiva para descartar no una, sino varias enfermedades o irregularidad o, simplemente buscar diferentes opciones para estar totalmente seguro de que se padece alguna alteración.
Por último, está la convicción de que se padece un trastorno aún cuando no hay síntomas que verifiquen eso. Esto puede generar otros desórdenes psicológicos difíciles de tratar. Siempre será recomendable visitar a un médico para mejorar la calidad de vida.
Ejemplos de trastornos
A continuación se muestran algunos tipos de trastornos que existen para ejemplificar o para ampliar la información del concepto.
Trastornos mentales
Estos tienen un génesis psicológico. En la actualidad, se trata de una de las enfermedades más comunes a nivel mundial, de hecho, se dice que 8 de 10 personas pueden estar padeciendo trastornos mentales. En esta vertiente está la depresión, ansiedad y el estrés. Es normal sentir la necesidad de saber cómo identificar un desequilibrio de este tipo, pues bien, se hacen presentes síntomas como:
- Emocionales (tristeza, apatía, miedo).
- Cognitivos (Hay dificultad total o parcial para la concentración, pérdida de memoria, creencias fuera de contexto).
- Conductuales (agresividad y abuso de sustancias químicas).
- Alteraciones graves en la percepción (alucinaciones visuales y auditivas).
Otro punto importante en cómo identificar un desequilibrio como este, es que suele generar una reacción en cadena de otras alteraciones, por ejemplo, al padecer alguno de los 3 trastornos mentales de mayor gravedad mencionados con anterioridad, también se puede padecer otras alteraciones que se explicarán a continuación:
Trastornos alimenticios
Se trata de enfermedades que afectan directamente el comportamiento estomacal, pudiendo reducir al menos un 60% del apetito diario. Las personas con desequilibrios alimenticios bajan de peso en poco tiempo, además de crear un patrón de comida, vómito, comida. Estos desórdenes engloban la anorexia y la bulimia. Si se quiere saber cómo identificar este padecimiento, se debe tener en cuenta que el temor de subir de peso es una característica esencial, así como la irritabilidad, debilidad corporal y sentimientos que van desde la culpa hasta la vergüenza.
Otro aspecto importante para agregar a la lista de cómo identificar un trastorno, es el comportamiento de la persona y de su entorno, pues esto genera otra alteración como la siguiente:
Trastornos de la comunicación
Se trata de problemas de lenguaje y discursos que dificultan o limitan la comunicación o función oral. Estos son generalmente conocidos por problemas para transmitir sentimientos y pensamientos, por eso, acá puede nombrarse perfectamente al Autismo, tartamudeo, lenguaje opresivo y lenguaje expresivo y receptivo. Estos desórdenes pueden tratarse desde temprana edad, pero no todos tienen cura.
Trastornos de desarrollo
Estos son problemas más severos que los anteriores, pues implican enfermedades físicas que impiden, hasta cierto punto, las funciones motoras de un individuo. Estos pueden perdurar por largos periodos de tiempo, algunos pueden curarse mediante intervenciones quirúrgicas pero se debe hacer un seguimiento bastante estricto. Algunas de estas alteraciones son las enfermedades visuales (ceguera), problemas de aprendizaje y, en casos extremos (e incurables) el síndrome de Down.
Trastorno del sueño
Acá se habla de conductas anormales antes, durante y después de dormir. Los trastornos del sueño están asociados con problemas para descansar, dormirse en horas inadecuadas, dormir demasiado o permanecer sin dormir por lapsos prolongados de tiempo. Los ejemplos de desequilibrios de esta índole son el insomnio (falta de sueño), Hipersomnia idiopática (se duerme toda la noche y 4 horas durante el día) y la Hipersomnia recurrente (se duerme por 3 días ininterrumpidos).
Trastornos endocrinos
Estos desequilibrios físicos afectan una cantidad considerable de glándulas en el cuerpo humano. Los trastornos endocrinos afectan la glándula tiroidea, suprarrenal, pituitaria y el páncreas. La afección en una o en todas estas glándulas generan cambios drásticos en el cuerpo y en la mente de los pacientes, así que, una vez más, un trastorno puede ocasionar otro. Estas alteraciones pueden tratarse, pero los síntomas tienden a variar demasiado, así que es recomendable acudir a un médico.
Trastornos de estrés postraumáticos
Este tipo de desorden es originado por una situación realmente aterradora, pudiendo ser accidentes de tránsito o violencia física o psicológica. En estos no importa si la persona ha experimentado el trauma o simplemente lo ha presenciado, las secuelas son prácticamente inmediatas y los síntomas tienden a variar entre las pesadillas, alucinaciones, miedo irrevocable a ciertos lugares, elementos o personas y pensamientos recurrentes sobre el suceso que originó el trauma.
Existen situaciones que generan traumas de estrés postraumático de corta duración, pero también están otros más complicados y delicados, en este sentido, resulta imperativo ir con un médico para evitar que el paciente experimente otro tipo de problemas mentales y sus consecuencias.