UNICEF nace en 1946 para atender una necesidad urgente reconocida por todos los Estados en la Primera Asamblea de las Naciones Unidas: socorrer a los niños desplazados y refugiados de Europa al acabar la Segunda Guerra Mundial. Poco a poco UNICEF fue adquiriendo responsabilidades de mayor alcance geográfico y temporal, consolidándose y haciéndose así universal.
En el UNICEF trabajan más de 7000 personas repartidas por todo el mundo con la misión de fomentar y proteger los derechos de los niños. Contribuyen al bienestar de ellos a través de programas de cooperación, que les ayudan a sobrevivir y a desarrollarse plenamente hasta la edad adulta.
Este organismo se financia por medio de donaciones públicas y privadas, suministra alimentos, medicamentos primordiales, vacunas, equipos médicos, controles de plagas y materiales para la educación, también predomina la atención de la salud y las situaciones de emergencias. Por lo general, estas contribuciones se dan más en los países subdesarrollados.
Actualmente UNICEF trabaja en pos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio fijados por las Naciones Unidas en 2000, sus prioridades son la supervivencia y desarrollo del niño, educación básica e igualdad entre los géneros, la lucha contra el SIDA, protección del niño contra la violencia, la explotación y los malos tratos, y promoción de políticas y asociaciones a favor de los derechos del niño.
Existen cuatro niveles básicos de trabajo en la UNICEF: las oficinas de terreno y oficinas regionales, encargadas de ofrecer asesoramiento técnico y de gestión de los programas en cada país; los comités nacionales, que realizan los labores de promoción, educación y recaudación de fondos para llevar a cabo las actividades; y las sedes, que tienen como función la planificación estratégica y la coordinación, su sede central se encuentra en Nueva York.
El órgano rector de UNICEF es la Junta Directiva, que está compuesta por 36 miembros, que representan los cinco grupos regionales de los Estados miembros de las Naciones Unidas, y establece políticas, aprueba programas y adopta decisiones sobre planes administrativos, financieros y presupuestos. Por otra parte, se tienen Embajadores de Buena Voluntad en todo el mundo, los cuales son numerosas celebridades que abogan por la niñez nacional e internacional.
Por todas sus acciones contributarias al desarrollo pleno de la niñez, UNICEF ha recibido premios como el Premio Nobel de la Paz (en 1965) y el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia (en 2006). En 1989, la organización logró que la Convención sobre los Derechos del Niño fuera declarada por la ONU carta magna mundial.