También es visto como un sentimiento contrario a la humildad, cualidad que define, a quien la posee, como un ser que no está preocupado porque los demás tengan conocimiento de su sabiduría y logros, o cuyo comportamiento refleja a alguien que es tolerante y no desprecie a los que puedan tener un nivel económico, social o intelectual menor. Y esta es la principal falla de quienes se vanaglorian, pues, al estar glorificandose por las acciones cometidas, empiezan a cultivar al ego, el cual les condiciona para que sigan poniendo en práctica el acto de presumir.
El recibir algunos halagos, puede generar un estado de satisfacción para quien lo experimente; pero la constante búsqueda de esto, puede generar vanagloria, pues, se estaría recurriendo a la exposición de los logros obtenidos. Es un tema muy discutido en la religión, por tratarse de una actitud que puede degenerar en pecado; esto se debe a que la vanidad y la arrogancia, son defectos que están estrechamente emparentados con el hecho de vanagloriarse.