La vejiga es un órgano que se expande, y se contrae según la cantidad de líquido que contenga en este. Una persona en un estado de salud normal y una edad adulta recibe un promedio entre 300 y 400 de centímetros cúbicos de orina equivalentes a 350 mL en cada ciclo de productividad estándar del sistema urinario, sin embargo, la vejiga es capaz de expandirse a más de 3000 centímetros cúbicos, permitiendo una capacidad de hasta más de 3 litros del líquido residual del organismo. Los seres vivos en su mayoría poseen vejiga, la forma del órgano humano es de forma de embudo, como una copa. Otras anatomías más complejas presentan formas aplanadas y ovaladas.
La micción, que es el acto de orinar, es decir, vaciar a la vejiga es anunciado por anterioridad por una sensación de llenura en el área pélvica y cierta molestia que no se le puede considerar dolor en situaciones normales, esto significa que este órgano está “avisando” que es hora de vaciarla porque tiene su máximo normal de capacidad.
Una de las afecciones que más compromete y daña a la vejiga es la cistitis que es una inflamación de los conductos uréteres y las paredes de la vejiga impidiendo un llenado normal de la vejiga produciendo una sensación de ganas de orinar constante pero sin líquido que miccionar, lo que produce aún más dolor. Es una patología muy incómoda, común en las personas que se someten a intervenciones quirúrgicas que comprometen la zona o tienen infecciones en el sistema urinario. El cuerpo reacciona protegiendo sus recursos de una manera inflamatoria.