De igual manera, se suele usar el término vicio para resaltar esos defectos o costumbres malas y negativas que tiene una persona y que ya forma parte de sus características como, por ejemplo: “Luisa tiene el vicio de comerse las uñas”, “Manuel tiene el vicio de decir malas palabras en todas las reuniones”. En algunas culturas, como en Venezuela, los vicios también son llamados “mañas” o “manías”, “Jesús tiene la maña de eructar con la boca abierta cuando estamos comiendo”.
Sin embargo, como se mencionó anteriormente, el principal uso que se le da a esta palabra, es para designar la preferencia que tiene una persona por el consumo constante de ciertas sustancias (al punto de llegar al abuso) que pueden llegar a ser nociva para la salud del sujeto. Esta situación se presenta regularmente en drogas psicoactivas como el caso de la marihuana y la cocaína, así como con el alcohol y el tabaco. Cuando el uso de estas sustancias se convierte en vicio, el sujeto puede llegar a depender de éstas, a tal punto que será de gran dificultad abandonar su consumo, tanto que aún con tratamientos medicinales y psicológicos no se logra curar totalmente a la persona viciosa.