La venganza muchas veces no busca hacer justicia simplemente es una forma de liberar la tensión y la sensación de dolor que provocaron los maleantes en dichas personas, aunque se ejecute con la premisa de “pagar con la misma moneda” siempre el que cobre venganza infringe mas dolor y humillación de aquellos que afectaron primero; sin importar que tan sangriento o depravado que sea la venganza y malo para la vista moral, el que cobra su vindico siente un placer inigualable cuando está completamente lleno de ira, comportándose esta acción como un desahogo. Sin embargo vindicar debe tomarse con cuidado, cuando esta se vuelve una venganza ejemplificadora donde la víctima causa más dolor de lo que él o ella misma sufrió, se convierte en un mundo lleno de violencia y de sadismo sin ningún tipo de control lo que es completamente malo para la sociedad, gracias a esto desde que se instituyó la época bíblica se sustituyó la venganza propia por un sistema judicial donde se evaluará la situación y se buscase un culpable por el crimen cometido.
Los primeros castigos a aquellos que se consideraban culpables era medirlos con la misma vara que ellos midieron, una sentencia tipo “ojo por ojo y diente por diente” también conocida como Ley de Talión, donde si el individuo mataba moría con la misma arma, si el culpable violaba corría con la misma suerte y de esa forma se les demostraba a los afectados o a sus familiares que se cumplía la venganza pero con sistema de justicia estructurado.