En la actualidad, se le llama xenobiótico a todos los compuestos ya sean naturales o sintéticos a los que está expuesto el hombre y que pueden resultar peligrosos para su salud, ya que el organismo los almacena y metaboliza. Estos compuestos son empleados con frecuencia en las industrias de alimentos, medicamentos, cosméticos, envases y cigarrillos; elementos con los cuales el hombre se encuentra en constante exposición.
Uno de los motivos principales del por qué estos compuestos no son biodegradables, es por la firmeza con que está estructurado químicamente. Cabe acotar que estos compuestos sintéticos presentan una estructura química diferentes a la de los compuestos naturales, inclusive los que presentan estructuras semejantes a las naturales, presentan modificaciones que los convierten en estables.
Los xenobióticos pueden actuar de dos formas en el organismo:
De forma específica: al encontrarse medidos por receptores o actuando por un objetivo específico.
De forma inespecífica: no se encuentran medidos por receptores, sino por sus rasgos físicos-químicos.
Los principales tipos de xenobióticos se encuentran en los fármacos. La mayoría de los medicamentos realizan acciones que son específicas, es decir que el medicamento trabaja sobre algún sistema del organismo.
Existen algunos xenobióticos, como por ejemplo las drogas que se emplean en el área de la veterinaria y en los pesticidas, pueden hallarse en la producción de ciertos alimentos, tratándose en este caso de contaminantes que dañan productos como la leche, cuya eliminación por acción industrial, en la mayoría de los casos no se muestra favorable.
Es por esta razón, que muchos países con frecuencia establecen normas para restringir la presencia de estos restos, en los productos alimenticios, evitando su comercialización, si el nivel estándar es superado.
Es importante señalar que la disciplina encargada de estudiar todo lo relacionado con los xenobióticos, es la biomedicina.