Es por eso que este tipo de zonas deben ser muy bien administradas y deben tener el mayor de los cuidados para evitar que se vea afectada su naturalidad. Es al Estado al que le corresponde proveer los medios adecuados para satisfacer las necesidades y protección del área.
No es un secreto que la intervención de la mano del hombre resulta muy perjudicial y más cuando atenta con ciertos espacios dignos de su conservación, es por eso que las autoridades deben estar muy pendientes para que los patrimonios naturales y culturales se conservan.
Existen diversos tipos de áreas protegidas y se clasifican de la siguiente manera:
Parque Nacional: estas son áreas donde coexisten uno o más ecosistemas y que no se encuentran alterados de manera significativa por la mano del hombre. Este tipo de áreas tienen tanto especies vegetales como animales, así como de interés científico, educativo y recreativo.
Monumento natural: son áreas que tienen elementos naturales específicos y de interés nacional, contiene especies naturales y vegetales y la intervención del hombre es en un grado muy pequeño.
Paisaje protegido: puede ser un territorio terrestre o marino, el cual ha sido intervenido por el hombre de manera significativa y gracias a ello el Estado busco protegerlo.
Sitios de protección: son pequeñas áreas que poseen un valor significativo, ya sea por su flora, fauna o porque cumplen un papel importante en el ciclo biológico de ciertas especies.
Son varios aspectos los que determinan a una zona o área protegida, las más destacadas son: presencia de especies vegetales y animales en peligro de extinción, hábitats que sean de un interés científico, de recreación o educacional, espacios donde exista una extrema belleza, zonas que son de vital importancia para el ecosistema por lo que su eliminación traería un desequilibrio y zonas arqueológicas.