Fue Freud quien planteó la hipótesis de que las niñas se sienten más cercanas a su madre en un principio, sin embargo, a medida que van descubriendo las diferencias que existen entre sexos, reconocen la diferencia en su padre y la madre es vista como como competencia por el afecto del padre.
Por lo general, el complejo de Electra tiene lugar entre los 3 y 6 años de edad, y solo es una fase temporal, ya que luego de esta la niña nuevamente vuelve a alinearse con la madre para tenerla como modelo a seguir. Cabe acotar que esto puede que no ocurra en un hogar abusivo, o en los casos en los que se culpa a la madre de los conflictos familiares o cuando uno de los padres o ambos se encuentran ausentes.
Si la competencia entre la hija y la madre no cesa con el paso del tiempo, se está en presencia del complejo de Electra, en el cual la niña buscará siempre una figura masculina que sea lo más parecido a su padre, puesto que ve en dicha persona una figura de autoridad y protección. Es por esa razón que las mujeres buscan en una pareja rasgos y actitudes parecidas a las de su progenitor.
Por lo general las madres e hijas que presentan este complejo suelen vivir en constante competencia, luchando por el afecto de la figura del padre o pareja según sea el caso, y a medida que crecen y desarrollan su relación con el sexo opuesto, tratan de encontrar similitudes entre su progenitor y sus parejas. Según algunos expertos en psicología, aquellos individuos que sufre de complejo de Electra, es por el hecho de que nunca lograron superar de forma correcta la etapa fálica del desarrollo sexual en la infancia, aquella que finaliza en una reconciliación con su sexo y el rol de la madre como modelo a seguir.