La palabra corralito es la forma diminuta de corral, que significa «corral, pluma de animales, recinto»; El diminutivo se utiliza en el sentido de «recinto pequeño» y también «un parque infantil». Este nombre expresivo alude a las restricciones impuestas por la medida. El término fue acuñado por el periodista Antonio Laje.
En 2001, Argentina estaba en medio de una crisis: muy endeudada, con una economía en completo estancamiento (casi tres años de recesión), y el tipo de cambio fue fijado en un dólar estadounidense por peso argentino por ley, lo que hizo Las exportaciones no competitivas y efectivamente privaron al Estado de tener una política monetaria independiente. Muchos argentinos, pero sobre todo las empresas, temiendo un colapso económico y posiblemente una devaluación, estaban transformando pesos en dólares y retirándolos de los bancos en grandes cantidades, generalmente transfiriéndolos a cuentas extranjeras (fuga de capitales).
El 1 de diciembre de 2001, con el fin de evitar que este drenaje destruyera el sistema bancario, el gobierno congeló todas las cuentas bancarias, inicialmente durante 90 días. Solamente una pequeña cantidad de efectivo fue retirada semanalmente (inicialmente 250 pesos argentinos, luego 300), y sólo de cuentas denominadas en pesos. No se permitieron retiros de cuentas denominadas en dólares estadounidenses, a menos que el propietario acordara convertir los fondos en pesos. Las operaciones mediante tarjetas de crédito, tarjetas de débito, cheques y otros medios de pago podrían realizarse normalmente, pero la falta de disponibilidad de efectivo causó numerosos problemas para el público en general y para las empresas.
Protesta contra los bancos en 2002. El gran letrero dice «Los bancos ladrones – devolver nuestros dólares».
El corralito causó un revés inmediato en el gobierno. Incluso más personas comenzaron a tratar de retirar su dinero de los bancos, y muchos terminaron en la lucha por la corte por su derecho a tener sus fondos (y se le concedió ese derecho de vez en cuando).