El sistema monetario de hoy permite que los pagos se hagan con la moneda. La moneda, que ha simplificado los medios de las transacciones económicas, proporciona un medio conveniente a través del cual se pueden hacer pagos; También se puede almacenar fácilmente.
Por ejemplo, en el pasado, si un granjero de huevos con un gran excedente de huevos quería leche, tendría que encontrar el ganadero que estaría dispuesto a tomar huevos como pago por la leche. En este caso, si no se encontró a un productor lechero adecuado a tiempo, no sólo el agricultor no obtendría su leche, sino que sus huevos se terminarían por dañar, convirtiéndose en inútiles. La moneda, por otro lado, mantiene su valor en el tiempo.
En otras palabras, es una forma de extinguir las obligaciones, cuando el deudor con el consentimiento del acreedor, entrega como pago otra ala diferente establecida cuando el acreedor la acepta con todos los efectos jurídicos del pago.
Para el pago, es necesaria una obligación preexistente, de lo contrario sería una obligación sin causa, y el pago podría ser presentado como indebido, ya que habría un enriquecimiento de la que apareció como acreedor, y un empobrecimiento del presunto deudor, sin causa que lo justifíque.
Esta figura legal se presenta como una excepción al principio de exactitud en cuanto al cumplimiento del beneficio, ya que no se puede llegar a entregar como pago un diferente de lo acordado por más de lo que tiene.
La dación en pago produce los efectos de un pago regular: satisface los intereses del acreedor y extingue la obligación de forma integral; El pago parcial extingue la obligación correspondiente a su importe. La obligación o fracción de este extinguido no puede ser revivida por el acto de rescisión, ni por la declaración convencional del acreedor y el deudor, ni por la restitución del importe pagado que el primero al segundo.
