El entumecimiento generalmente ocurre en las extremidades, brazos y piernas, y con menor frecuencia en el tronco o la cara. Puede ocurrir en ambos brazos o en ambas piernas, o en un solo brazo o pierna, o en un lado. También puede afectar los dedos individuales de las manos o los pies. Se pueden presentar dolores corporales, problemas de equilibrio, problemas del habla o de la vista al mismo tiempo. Si el entumecimiento desaparece por sí solo, puede seguir una sensación de hormigueo típica.
Un entumecimiento puede ser causado por problemas sin gravedad, pero también puede ocultar otros de mayor riesgo. Por lo tanto, si ocurre repentinamente y continúa, un médico debe ser consultado en cualquier caso para aclarar las causas y, si corresponde, iniciar un tratamiento apropiado.
Muchas circunstancias pueden causar entumecimiento de varias maneras. Por ejemplo, pueden:
Reduce o bloquea el suministro de sangre a los nervios, como en la vasculitis, o en el cerebro como resultado de un derrame cerebral.
- Lesionar cualquier parte de la vía sensorial, como puede ocurrir después de traumatismos o enfermedades hereditarias que afectan los nervios (neuropatías), como la ataxia de Friedreich.
- Comprima alguna parte de la vía sensorial.
- Infección de un nervio, como en la lepra, infección por VIH o enfermedad de Lyme.
- Causa que los nervios de una parte del camino se inflamen y pierdan su capa externa (llamada desmielinización), como en la esclerosis múltiple o el síndrome de Guillain-Barré.
- Causa anormalidades metabólicas, como diabetes, deficiencia de vitamina B12, intoxicación con arsénico o tratamiento con quimioterapia.
Con el fin de tratar, curar o reducir el entumecimiento, primero es necesario consultar al médico para que el paciente pueda, mediante análisis o exámenes médicos, detectar la causa inicial de entumecimiento. Por ejemplo, si el entumecimiento se debe a una lesión en el cuello, el médico puede indicar al paciente que realice ciertos ejercicios o terapias en el área para reducir la incomodidad.