La flor de nochebuena es autóctona de las regiones de Centroamérica y México, se cree que en la antigüedad la tribu de los Mexicas la empleaban en la realización de rituales y se le representaba como un símbolo de vida nueva e integridad de los guerreros fallecidos, ya que el color de la flor, simbolizaba la sangre de los caídos. Cabe acotar que el término por el cual los mexicas conocían a la flor de navidad era cuetlaxóchitl que significa flor marchita o flor de cuero.
Luego de la llegada del Imperio español a la región el uso de la flor de navidad paso a ser algo decorativo, especialmente en la celebración de la navidad gracias a su color rojo intenso. Ya para el siglo XIX, se empezó a extender hacia otras regiones del mundo gracias al embajador de México JR Poinsett, razón por la cual en muchos lugares se la conoce como poinsettia.
En la naturaleza suele crecer en áreas adyacentes a los ríos, quebradas, lagos, así como también en espacios abiertos y empinados, en especial a las regiones del occidente de México. Esta planta se caracteriza por responder al fotoperiodo, esto se debe a que es necesario días relativamente cortos y las noches más extendidas para que se pueda promover la tonalidad de las hojas. Igualmente es necesario que haya buena luz para que las hojas que ya tienen color no pierdan su color ni tampoco caigan. En lo que respecta a la temperatura es muy susceptible a temperaturas bajas, así como tampoco las demasiado altas.