Para poder llevar a cabo un hemocultivo es necesario que se extraiga del paciente una muestra de sangre, luego se debe proceder a cultivar dicha muestra, para de esa forma poder constatar si hay presencia de microorganismos, por tal razón es de gran importancia que el manejo de dicha muestra no presente alteraciones ya que podría alterar los resultados, luego de que la muestra es tomada se debe proceder a trasladarla al laboratorio en donde se debe vaciar en las placas de Petri, en conjunto a ciertos elementos que pueden favorecer a que los microorganismos presentes en la muestra se propaguen, luego de ello, dicho recipiente se debe colocar en un ambiente en donde haya presencia de humedad y una temperatura que no presenta variaciones, en donde deberá esperar el tiempo requerido para que los agentes externos se desarrollen y se pueda confirmar o no la presencia de ellos en la muestra analizada.
En muchos ocasiones los agentes infecciosos se pueden llegar a identificar a través de técnicas en donde la muestra que se toma es teñida con diferentes colorantes, lo cuales podrán permitir que sean detectados mediante el uso de microscopios, siendo la más común la tinción de Gram.
Luego de que las muestras son analizadas, el doctor encargado de realizar el análisis, deberá proceder a la elaboración de un informe en donde se detalle minuciosamente los resultados arrojados. Si en dicho informe los valores están normales, quiere decir que no hay presencia de microorganismos ni de infección en el paciente.