Según estudios realizados en el país antes mencionado, al menos el 61%y 71% de hombres entre 20 y 30 años de edad, se creían hombres herbívoros; como resultado, el gobierno atribuyó a este fenómeno social la baja tasa de natalidad en la nación, por lo que empezó a incentivar el embarazo en parejas que aún no concebían, además de ofrecerles atención médica de alta calidad y gratis. De la misma manera, la economía japonesa experimenta progresivos cambios con respecto a nuevos mercados, pues, de forma similar en otros países, éste tipo de hombres se preocupa por su apariencia exterior mucho más que antes, pero sin tener contacto con la metrosexualidad, por lo que adquieren cosméticos y dulces en mayores cantidades.
Se desconocen las verdaderas causas que dan paso a este paso, pero se cree que son las diversas situaciones sociales y económicas que moldean al hombre común japonés. Con el ámbito financiero inestable del país, según sociólogos, los hombres pierden, de alguna manera, la fe en el rol masculino que les fue inculcado y no pueden cumplir, por la falta de trabajos a largo plazo; igualmente, se dice que otros simplemente deciden comer hierbas junto al sexo opuesto, es decir, sólo quieren relacionarse con él de una manera superficial.