La jeringa es empleada para introducir pequeñas porciones de líquidos en el cuerpo o para extraer muestras de él. Generalmente se llena sumergiendo la aguja en el líquido y tirando del émbolo, luego se coloca la aguja hacia arriba y se oprime el cilindro para arrojar las burbujas de aire que hayan quedado alojadas en él, posteriormente se inserta la aguja y se expele el líquido dentro del cuerpo haciendo presión en el émbolo, este procedimiento recibe el nombre de inyección.
Las jeringas vienen de diversos tamaños y para diferentes usos, sin embargo, existen cuatro clases de jeringas que son las más usadas:
La jeringa de insulina, es un tipo de jeringa que se puede identificar muy fácilmente. Tiene un barrilito con medidas para calcular la insulina en unidades de 50 a 100, estas contienen 1 cc de líquido, con una aguja de media pulgada, esta clase de jeringa está diseñada para ser usada una sola vez.
La jeringa de tuberculina, es aquella que tiene un barrilito de 1cc. Su diseño sirve para realizar pruebas de tuberculosis, para así poder diagnosticar la enfermedad. Para realizar esta prueba solo se necesita una dosis de 0,1cc, como esta es una cantidad muy pequeña, no puede ser medida con otras jeringas, sin embargo, este tipo de jeringa si puede ser empleada para la aplicación de otras medicinas inyectables de poca cantidad, normalmente la jeringa no trae aguja, por lo que la persona está en la libertad de escoger el tamaño apropiado para ser usada.
Las jeringas médicas son de tamaños variados, por lo general entre 3cc a 120 cc y viene con dos clases de puntas, la primera es la de tipo Luer de cierre, estas jeringan tienen un espiral en la punta para unir de forma segura, las agujas y demás accesorios, como por ejemplo los tubos de solución salina o los intravenosos. La otra clase son las de punta de catéter, estos tienen una boquilla lisa alargada, en donde se pueden conectar los catéteres Foley y los tubos de alimentación.