El Lamarckismo es la primera teoría de la evolución biológica, ésta se adelantó en casi cinco décadas a la formulación de la selección natural de Darwin que propuso en el libro «El origen de las especies».
Inicialmente, un animal similar a un antílope puede observar la forma en cómo su entorno se vuelve árido de forma progresiva, percibiendo como la hierba y los arbustos empiezan a escasear cada vez más y por lo tanto se ve obligado recurrir a alimentarse de las hojas de los árboles más a menudo. Tal hecho hace que estirar el cuello se transforme en uno de los hábitos definitorios en la cotidianidad de la vida de algunos de los miembros pertenecientes a esa especie.
En ese sentido, la teoría de Lamarck propone que aquellos pseudo-antílopes que no luchan por poder alimentarse de las hojas de los árboles estirando el cuello, morirán, por lo tanto, su descendencia será poca o ninguna, Por otro lado, aquellos que se adaptan y logran estirar el cuello lograran sobrevivir ya que al tener el cuello estirado este se prolonga, Dicha característica física es transmitida a toda su descendencia.
Tomando en cuenta lo antes expuesto, a medida que pasa el tiempo y las generaciones, aparecen formas de vida que anteriormente no existían: como es el caso de la jirafa y su adaptación física con el medio ambiente para conseguir alimentos. A pesar de ello la teoría de Lamarck se considera un modelo desfasado ya que hoy en día se sabe que los individuos tienen un límite de posibilidades al momento de modificar su cuerpo con su uso.