Además de la condición antes mencionada, el Lorazepam también es administrado en pacientes con epilepsia, síndrome del colon irritable e insomnio. Los síntomas que aparecen al iniciar la abstinencia del alcohol y los colaterales de someterse a un tratamiento de cáncer, son otras de las afecciones que pueden ser tratadas con el medicamento. Proporciona una solución a corto y largo plazo para los problemas de ansiedad, sin embargo, debido al estado en el que se encuentra el afectado, puede aparecer una dañina dependencia física y psicológica, cultivado a lo largo de cierto período de tiempo y el estrés que podría sentirse en la vida cotidiana.
El tiempo transcurrido entre la ingesta y la absorción completa del medicamento es relativamente corto. Es un máximo de 2 horas se alcanza un alto grado de este químico en la sangre. Su estancia en el organismo nunca supera los 6 meses y este hecho no varía de ninguna forma con el de los años. Este se une con el ácido glucurónico, lo que da como resultado un metabolito inactivo que se expulsa por la orina. El tiempo de vida estimado para él va desde las 14-16 horas, luego sólo se pueden hallar pequeños restos de éste.
En los casos de intoxicación por la ingesta excesiva de Lorazepam, normalmente se observa en la dificultad de controlar los movimientos, la falta de interés, provocados por el efecto sedante que afecta en gran medida al Sistema Nervioso Central (SNC). Esto puede causar alteraciones en el funcionamiento del cuerpo que se llevan a cabo de manera inconsciente. El consumo de alcohol puede potenciar los efectos del ansiolítico, lo que traería las mismas consecuencias pero con un riesgo menor.