A través de los elementos que emiten luz es por donde se desplaza la energía luminosa, cuando encendemos una bombilla y colocamos la mano sobre ella, podemos sentir el calor que emana de ella, este calor forma parte de la energía luminosa. Si vamos a una sala de cine podemos observar cómo se proyecta la luz.
Todas las cosas luminosas son vistosas, brillantes, no pueden pasar desapercibidas, ya que así es su naturaleza. Un ser luminoso, en términos metafóricos, es una persona que tiene muchas virtudes, que brilla por sí misma y es capaz de atraer a los demás por su forma de ser, por su personalidad.
El hombre prehistórico al inventar el fuego a través de la combustión, fue capaz de crear una fuente luminosa. Con el transcurrir del tiempo se fueron creando diferentes fuentes luminosas, a principio del siglo XIX el hombre creo las lámparas de gas, luego a finales del siglo, estas fueron reemplazadas por las lámparas eléctricas incandescentes, en la actualidad se utilizan las fluorescentes que nos permiten ahorrar energía.
El principal elemento luminoso que es captado por todos, es el sol, este nos brinda su brillo de manera natural, sin contaminarnos y sin agotarse.