La utilización de la música como forma de terapia se remonta al año 1500 a.C. ya que existen escritos que indican que la civilización egipcia creía que la música tenía la capacidad de curar el alma, mente y cuerpo, además de ello los egipcios creían que la música podía tener algún efecto positivo sobre las mujeres y la fertilidad. Los griegos también fueron pioneros en el uso de la musicoterapia, siendo en Grecia donde se plantearon las primeras bases científicas de la misma. El gran filósofo Platón defendía la idea de que la música tenía el potencial de generar placer, por su parte Pitágoras creía en la relación que guardaban los astros con la música, éste tenía también la idea de que las enfermedades mentales eran causa de un desorden armónico en el alma, por otro lado Aristóteles, realizó estudios importantes sobre la estrecha relación que existe entre el hombre y la música, pudiendo influir la misma en el carácter y estado de ánimo del mismo.
La musicoterapia es aplicada para tratar enfermedades de tipo neurológicas, como la esquizofrenia, Alzheimer, amnesia, Parkinson, también trastornos del habla como el Tourette y problemas en la conducta, logrando mejorar en muchos de los casos los síntomas de tipo psicológicos, como la ansiedad, déficit de atención y aislamiento.
En las personas de edad avanzada esta terapia puede ser muy beneficiosa, logrando aumentar las capacidades cognitivas como la orientación, concentración, atención y habilidades de comunicación. Psicológicamente puede ayudar a incentivar la interacción social evitando de esa forma aislarse del mundo, aumentando de esa manera la autoestima. En el cuerpo físico puede verse reflejado también sus efectos, ya que ayuda a mejorar la fuerza que poseen los músculos y mantiene la movilidad en las zonas articulares del cuerpo.
