Es causada por integrantes del grupo de los paramixovirus, que también participan en el desarrollo del sarampión. Generalmente, se presenta en la infancia, aunque algunos adultos pueden ser proclives a presentarlas; después de contraerla, se genera, automáticamente, inmunidad a la enfermedad. La Vacuna Triple Vírica (SPR), introducida al mercado en el año 1970, combina tres componentes virales: la rubéola, el sarampión y la parotiditis; es esta la que disminuyó el alcance de la enfermedad a nivel mundial, con 500 millones de dosis administradas.
La mayor parte del tiempo, se produce una inflamación en glándulas y, en el caso de los hombres, también en los testículos, causando en este último caso, en situaciones poco frecuentes, la infertilidad. Entre las complicaciones también se puede hallar a la meningitis, sordera y pancreatitis. Finalmente, no existe un tratamiento exacto para la enfermedad; durante décadas se ha recurrido al simple alivio de los síntomas, el reposo y el aislamiento de la persona contagiada, para evitar que otros alberguen la enfermedad.