En su mayoría se desarrollan como parásitos, es decir, parasitando en otros animales. Se aplanan dorsoventralmente y tienen simetría bilateral, su cuerpo es blando y no presentan segmentación. La mayoría de ellos tiene un tamaño microscópico y los que son más grandes son extremadamente delgados.
El espacio entre la piel y los pocos órganos disponibles está lleno de tejido mesodérmico conocido como mesénquima, un tejido conectivo lleno de células y fibras de colágeno. Los gusanos planos presentan diferencias morfológicas y fisiológicas dependiendo del entorno en que habitan, ya que sus cuerpos están totalmente adaptados a los diferentes hábitats. Se distinguen dos tipos de vida: los de la vida libre y los parásitos.
los tipos más conocidos destacan tenia y dolor. Se estima que los gusanos planos comprenden unas veinte mil especies.
Al no tener lo que se denomina apéndices locomotores, los gusanos planos pueden movilizarse a través de las vibraciones producidas por su epitelio ciliado.
En nuestro planeta se puede clasificar de forma generalizada teniendo por un lado los Objetos inertes como toda la materia que simplemente tiene la función de servir de sustrato, soporte o sustento para el asentamiento de la vida, mientras que por otro lado nos encontramos los Seres Viven como aquellos que tienen una organización de la materia en una cierta estructura llamada Organismo y que tienen la capacidad de hacer intercambios de materia y energía con este entorno en el que operan.
Los gusanos planos se distinguen en cuatro clases: turbelarios (este tipo hace una vida libre, es carnívoro y excavar para encontrar su alimento), mononucleos (esta variante se encuentra en peces y anfibios), cestodos y trematodos (estos dos son caracterizan especialmente porque generalmente viven como parásitos de algunos mamíferos, incluido el hombre). Los últimos tres también se caracterizan por la ausencia de cabeza.
