Se ha creado una industria partiendo de la necesidad de cubrir ciertos productos, considerados frágiles, con Porexpán. Los electrodomésticos son artículos comunes que necesitan ser cubiertos por algo más, para evitar que sufran daños y pueda ser afectada su funcionalidad. También se elaboran envases y bandejas con él, cuya principal misión es albergar bebidas o alimentos que serán comercializados, resultando práctico porque es desechable. En las construcciones también se emplea este recurso, principalmente como aislante térmico, para cubrir techos y, en algunas ocasiones, pisos y paredes.
El porexpán es un producto que a pesar de ser comercializado para procesos industriales de embalaje para protección y transporte de mercancía, también puede ser adquirido para el uso doméstico, en manualidades y otras utilidades. Existen tiendas especializadas que se dedican a la venta de porexpán dónde se pueden encontrar todas las variedades de este material para sus diferentes usos.
Los EPS pueden ser de distintas formas, variando en el grosor, la textura, el tamaño y la forma. Proviene de pequeñas bolitas de poliestireno, las cuales pasan por un proceso de pre-expansión, para luego ser moldeado a través de un proceso mecanizado. Durante su creación se utilizan recursos no renovables de la naturaleza, al igual que es uno de los procesos que contribuyen a la liberación de químicos al ambiente. Aun así, es reciclable, creándose a partir de él objetos como bloques; pero su destrucción final tiene que llevarse a cabo, preferiblemente, en una planta de incineración.