Vale señalar que el punto de fusión es una propiedad física intensiva de la materia, es decir que no está ligada a la cantidad de sustancia o al tamaño del cuerpo. Durante el proceso de fusión la materia sólida comienza a calentarse hasta alcanzar el punto de fusión, siendo este el momento en el cual se produce su cambio de estado y se transforma en un líquido de manera rápida, dependiendo del tamaño del cuerpo.
Es importante señalar que si se sigue calentando el líquido, puede alcanzar su punto de ebullición, la cual parte a partir de dicha temperatura, se produce un nuevo cambio de estado, pasando de líquido a gaseoso. Además, mientras que el punto de ebullición está relacionado directamente a la presión, el punto de fusión tiene un escaso vínculo con dicho estado.
Cuando se habla de una sustancia pura, el proceso de fusión se desarrolla a una única temperatura, siendo así, se tiene que el agregado de calor no se refleja en un incremento de la temperatura hasta que el proceso de fusión finalice y la materia ya se haya convertido en un estado líquido.
Cabe destacar que muchos estados químicos habituales que si bien se han convertido en parte de la teoría fundamental, su descubrimiento tuvo lugar a través de la experimentación y la observación. Un ejemplo de ello es el proceso de difusión, el cual funciona de la siguiente forma:
Un proceso como el de auto mezclado conocido como difusión molecular aprovecha el concepto de punto de fusión y ocurre a causa del movimiento térmico de las moléculas presentes en un fluido. Cabe mencionar que la palabra moléculas, en este caso no siempre se refiere al conjunto de átomos, sino que también puede hablar de pequeñas porciones del fluido en cuestión. Por ejemplo, el elemento al cual se aplica es el agua.
