El hombre desde la antigüedad se ha preocupado por conocer y medir el tiempo, razón por la cual el reloj es un elemento de gran antigüedad, que con el paso de los siglos y gracias al desarrollo de nuevas tecnologías, ha conseguido una notable mejora como por ejemplo: la precisión del mismo, su estético y la reducción en cuanto a los costos de fabricación. Hoy día es posible toparse con un reloj a donde sea que se vaya, incluso es posible tenerlo en la mano, en la computadora, en equipos de audio, de tevé, en oficinas públicas, en transportes públicos, y demás lugares posibles. Por otro lado además de la funcionalidad que tiene el reloj, éste se ha convertido en un objeto de lujo ya que existen empresas que tienen patentados modelos cuyo costo es de varios miles de dólares, en tanto, poseer algunos de dichos artículos es sinónimo de un alto status y distinción dentro de la sociedad.
Con respecto a los orígenes de éste inicialmente se basó en una mera observación del día y la noche, así como también de los ciclos de la luna. Sin duda alguna el primer reloj conocido era muy distinto a los actuales, tanto en cuanto a su forma y tamaño como a su mecanismo; ya que se trataba de una estructura que, por su ubicación y disposición, mostraba su sombra con la luz solar sobre una circunferencia en la cual se encontraban inscritos los momentos del día. Según los expertos éste se fabricó en China aproximadamente 3000 años antes de Cristo, sin embargo dicho instrumento también fue utilizado por los egipcios y la civilización Inca.