Se puede decir entonces que los semiconductores establecen una contradicción intermedia entre los aislantes y los conductores. En el caso de los primeros, cuentan con escasas cargas móviles, lo que les permite tener una elevada resistencia al paso de la corriente. Mientras que los aislantes tienen una resistencia eléctrica muy baja (casi en cero) producto de su riqueza en dichas cargas.
Los semiconductores, por lo general, son aislantes a cero grados Kelvin y hace posible el paso de la corriente a temperatura ambiente. Esta capacidad de trasladar corriente puede ser controlada a través de la inclusión de átomos diferentes en el material diferente al del semiconductor, llamados impurezas.
Existen dos tipos de semiconductores:
- Intrínsecos: son cristales que por medio de enlaces covalentes entre los átomos crean una estructura de modelo tetraédrico a una temperatura ambiente; dichos cristales cuentan con electrones que atraen la energía que necesitan para llegar a la banda de conducción, permaneciendo un orificio de electrón en la banda de valencia.
- Extrínsecos: cuando a un semiconductor intrínseco se le agrega un poco de impurezas, se convertirá en extrínseco y se dice que está “dopado”.
Como ya se ha mencionado, los dos semiconductores empleados con mayor frecuencia en la industria son el silicio y el germanio, ya que son empleados en la fabricación de los diferentes equipos electrónicos que se utilizan hoy en día.