Qué es septicemia
Es una enfermedad grave que ocurre cuando el cuerpo tiene una respuesta inmune abrumadora a una infección bacteriana. Las sustancias químicas liberadas en la sangre para combatir la infección desencadenan una inflamación generalizada, lo que conduce a la formación de coágulos de sangre y la filtración de los vasos sanguíneos.
La bacteriemia y la septicemia son dos condiciones médicas relacionadas pero distintas. La bacteriemia se refiere a la presencia de bacterias en la sangre, mientras que la sepsis, por otro lado, es una respuesta inflamatoria sistémica del cuerpo a la bacteriemia. Sepsis y septicemia son sinónimos.
Esta palabra viene del griego σῆπτις (séptis), que significa «putrefacción», y ἡμία (hemía), que significa «presencia en la sangre».
Síntomas de septicemia
La sepsis o septicemia puede tener una amplia variedad de síntomas y signos, que varían según la causa subyacente de la infección y la gravedad de la afección como:
- Fiebre alta o hipotermia.
- Escalofríos y temblores.
- Taquicardia y respiración rápida.
- Confusión, somnolencia o dificultad para concentrarse.
- Dolor muscular intenso o debilidad generalizada.
- Dolor de cabeza.
- Dificultad para respirar o respiración superficial.
- Presión arterial baja o shock.
- Erupción cutánea o enrojecimiento de la piel.
- Sudores nocturnos y profusos.
- Dolor abdominal, náuseas o vómitos.
Por otra parte, el diagnóstico de sepsis se basa en una combinación de síntomas, signos y pruebas de laboratorio. Algunas de las pruebas y evaluaciones que pueden ayudar en el diagnóstico de sepsis incluyen:
- Examen físico.
- Análisis de sangre.
- Cultivo de sangre.
- Análisis de orina.
- Tomografía computarizada (TC).
Esta enfermedad no ocurre solamente en humanos, también existe:
- Septicemia en perros.
- Septicemia en tortugas.
- Septicemia en bovinos.
Causas de la septicemia
Algunas de las causas más comunes de la sepsis incluyen:
- Infecciones bacterianas.
- Infecciones virales.
- Infecciones fúngicas.
- Infecciones parasitarias.
Además, ciertos factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar esta condición, incluyendo:
- Edad avanzada o infancia temprana.
- Sistema inmunológico debilitado.
- Enfermedades crónicas, renales o hepáticas.
- Lesiones traumáticas graves o cirugía reciente.
- Uso de dispositivos médicos invasivos.
- Abuso de drogas intravenosas.
- Alcoholismo.
- Uso excesivo de antibióticos o inmunosupresores.
Es importante señalar que el contagio de septicemia por contacto no existe.
Tipos de septicemia
Existen varios tipos de sepsis, según la gravedad de la enfermedad.
Septicemia no complicada
Este tipo de septicemia es una enfermedad que posee las siguientes características:
- Fiebre.
- Taquicardia.
- Hipotensión.
- Dolor en el abdomen, las articulaciones y los músculos.
- Confusión mental y cambios en el estado de ánimo.
- Si se diagnostica y trata de manera temprana, muchas personas se recuperan completamente sin complicaciones a largo plazo.
Septicemia grave
También conocida como septicemia generalizada o septicemia hemorrágica, presenta características como:
- Hipotensión grave.
- Fallo de múltiples órganos.
- Dificultad para respirar.
- Coagulación intravascular diseminada (CID).
- Confusión mental.
- Según las estadísticas, la tasa de mortalidad varía del 20% al 50% o más, dependiendo de la causa subyacente y la gravedad de la infección.
Choque séptico
El choque séptico es una complicación potencialmente mortal de la sepsis, en la cual se presente algunas de las siguientes características:
- Hipotensión grave.
- Disfunción de múltiples órganos.
- Acidosis láctica.
- Coagulación intravascular diseminada (CID).
- Dificultad para respirar.
- La tasa de mortalidad varía del 20% al 50% o más.
Septicemia neonatal
Es una infección que pueden sufrir los bebés que tienen menos de 90 días. Entre sus características más comunes se encuentran:
- Es la causa más frecuente de mortalidad infantil en los países en desarrollo y los varones son más propensos a sufrirla que las niñas.
- Se puede hacer una distinción entre la sepsis neonatal de inicio temprano (que surge en la primera semana de vida) y la sepsis neonatal de inicio tardío (que ocurre entre siete y noventa días de vida).
- El pronóstico de vida puede variar significativamente según la gravedad de la afección, la edad gestacional del recién nacido, la presencia de otras complicaciones y la rapidez con la que se diagnostique y trate la sepsis.
- La sepsis neonatal temprana, que ocurre en los primeros días de vida, puede ser más grave y potencialmente mortal, con una tasa de mortalidad que varía del 5% al 20% o más.
Tratamiento para la septicemia
El tratamiento depende del grado de la enfermedad y puede variar desde terapia antibiótica hasta cuidados intensivos y soporte vital avanzado. Según los diferentes grados de la enfermedad se clasifica de la siguiente forma:
- No complicada: el tratamiento puede incluir antibióticos y medidas de apoyo, como descanso en cama, hidratación adecuada y control de la fiebre.
- Grave o septicemia generalizada: los tratamientos pueden incluir terapia antibiótica de amplio espectro, soporte hemodinámico, oxigenoterapia y otros tratamientos de apoyo. También pueden ser necesarios exámenes y procedimientos adicionales, como la obtención de muestras de sangre y la monitorización continua de la presión arterial y otros signos vitales.
- Choque séptico: los tratamientos pueden incluir terapia antibiótica de alta dosis, soporte hemodinámico con fluidos intravenosos y medicamentos vasoactivos, ventilación mecánica y otros tratamientos de apoyo. También pueden ser necesarias intervenciones invasivas, como la colocación de un catéter venoso central o una traqueotomía.
La prevención de esta enfermedad implica medidas para reducir el riesgo de infección y controlar las infecciones existentes como:
- Higiene adecuada.
- Inmunización.
- Cuidado adecuado de las heridas.
- Control de infecciones.
- Diagnóstico y tratamiento temprano.