Estudios especializados han demostrado que la sonrisa no es un movimiento voluntario o aprendido, siendo este netamente innato (propio del nacimiento), esto explica por qué las personas que son ciegas de nacimiento saben cómo sonreír, sin embargo, la silueta facial denominada sonrisa es solamente de uso humano por el contrario los animales al realizar una mueca parecida a una sonrisa no es por sensación de satisfacción, sino que se produce espontáneamente por situaciones de amenaza para el animal.
A medida que paso el tiempo, el movimiento de sonrisa puede ser aplicado para distintas ocasiones, mostrar agradecimiento, para saludar a personas conocidas, también como una muestra de amabilidad, etc. Varios científicos han descritos diversos tipos de sonrisas: en primer lugar se puede mencionar a la sonrisa “Duchene” esta es producida de manera involuntaria por el humano, ejerce la contracción de los musculares faciales como lo son los músculos cigomáticos, y los músculos cercanos a los ojos, denominada como sonrisa genuina; sonrisa “profesional”, esta es la sonrisa aplicada para la demostración de cordialidad hacia las personas que se encuentran en un recinto común; por último se puede mencionar a la sonrisa “sardónica” este es un tipo de contracción involuntaria suscitada por la contaminación con un agente patógeno denominado clostridium tetani, este es el responsable de la patología conocida como tétano la cual se caracteriza por producir una contracción de músculos de la espalda, cuello y cara, imposibilitando a los pacientes para lograr el cierre de la boca.
El sonreir no solo modifica la contracción de los músculos, cambiando de esta forma las expresiones faciales de una persona, sino que también induce un cambio endocrinólogo, al sonreir en el diencefalo (zona entre el cerebro y tronco encefálico) se secreta una hormona llamada endorfinas, la cual genera la sensación de bienestar o placer, disminuyendo dolor emocional o físico que presente el individuo.
