La toxicología es la especialidad que encargar de analizar ciertos venenos o sustancias contaminantes. Es muy usual que esta rama clasifique a las entidades tóxicas en tres:
- Sustancias químicas que pueden ser orgánicas, como el veneno que poseen algunas serpientes, o inorgánicas, como los metales pesados u hongos.
- Las entidades físicas, tales como los rayos X.
- La toxicidad biológica que son causadas por virus o bacterias.
Para que un elemento sea tóxico depende de múltiples factores, tales como el tiempo de exposición a la sustancia en cuestión, así como el número de veces que se ha estado expuesto y la vía de ingesta o administración del mismo. Se dice que hay exposición a sustancias tóxicas cuando un único contacto puede provocar un daño severo al individuo, mientras que la exposición crónica, sucede cuando involucra a una toxina que afecta a la persona durante un tiempo indeterminado.
Está comprobado que manipular sustancias de alta toxicidad puede provocar un riesgo para la salud del individuo y para el medio ambiente. Es por tal motivo que existen diversos protocolos de seguridad que resguardan a los trabajadores en contacto con dichas sustancias y preservan la vida. En los países de Europa, existe el REACH, el cual es un sistema de registro, evaluación, autorización y restricción de sustancias químicas, el cual busca dar a conocer cuál es la toxicidad de los fluidos, así como proteger a los ciudadanos de los compuestos peligrosos, fomentando la innovación para el desarrollo de sustancias más seguras para todos.
Por otro lado, están los alimentos transgénicos que son productos con algún tipo de ingrediente extraído de un gen de otra especie, esto puede realizarse gracias a los descubrimientos de la biotecnología y cuyo objetivo es dotar al producto final de una característica que no posee. Un claro ejemplo es en el caso de las plantas transgénicas, ya que se modifican para poder prepararlas y resistir más firmemente las plagas o cualquier otra complicación que pudiera amenazarlas.
