La tuberculosis es una afección sumamente contagiosa, que tuvo mucho auge en el pasado, específicamente durante la revolución industrial, esto se debía a la gran cantidad de personas que se trasladaron de las zonas rurales a la ciudad, en donde tuvieron que vivir en sitios muy pequeños y en deplorables condiciones higiénicas.
Existen dos tipos de tuberculosis, la pulmonar y la extrapulmonar. La tuberculosis pulmonar es la que afecta la zona de los pulmones y se caracteriza por una persistente tos que puede durar varias semanas. Mientras que la extra pulmonar puede afectar cualquier parte del organismo que no sean los pulmones, por ejemplo: el cerebro, los ganglios linfáticos o la columna vertebral.
La tuberculosis en las mujeres embarazadas es muy peligrosa, ya que el feto puede contagiarse a través de su madre, si llegase a respirar o tragar liquido amniótico antes o después de nacer.
Una persona infectada puede contagiar a otra cuando tose o estornuda, ya que al hacerlo bota minúsculas gotitas de saliva que pueden ser inhaladas por personas sanas, contagiándolas. Los pacientes infectados que habitan en sitios muy cerrados o con poca ventilación, el riesgo de contagio es mayor, ya que estas gotitas de saliva se concentran en el ambiente, favoreciendo la respiración de las mismas. Es por esto que en aquellas zonas de extrema pobreza, en donde hay familias numerosas habitando en viviendas de dos habitaciones y existe un infectado, es muy común la proliferación de esta enfermedad.
Los síntomas que indican la existencia de tuberculosis son:
La tos. Este es el síntoma que más caracteriza a la enfermedad, ya que es el medio de contagio más frecuente. Por ser un síntoma tan común en muchas enfermedades, las personas quizás no le den tanta importancia, dado esto, es fundamental acudir al médico cuando la tos supere las dos semanas.
La expulsión de flema, que en ocasiones, viene acompañada con sangre. La presencia de fiebre ligera, que generalmente surge por las tardes. Dolor en el pecho, esto se debe a la fuerte infección en la zona pulmonar. Cansancio, fatiga. Sudoración por las noches. Pérdida del apetito.
La tuberculosis cuando es extra pulmonar, puede afectar otras partes del cuerpo de la siguiente manera: ocasionando unas infecciones tuberculosas en la zona ocular, específicamente en el iris, coroides y cuerpos ciliares. Esta la tuberculosis cardiovascular, ésta daña al corazón y los vasos sanguíneos. Tuberculosis que afecta el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal).
Existen dos pruebas que permiten diagnosticar la enfermedad: la prueba de sangre y la prueba cutánea de la tuberculina. Sin embargo, los resultados arrojados por estas pruebas solo indicarán que la persona ha sido infectada con la bacteria, más no indicará si la enfermedad ha evolucionado, es por esto, que se realizan otras pruebas, como la toma de muestra del esputo o las radiografías de tórax.
En cuanto al tratamiento aplicado en estos casos, se basa en la aplicación de antibióticos. En cuanto a la prevención, se recomienda vacunar a los bebés con la BCG. Es importante identificar a los infectados a tiempo, a fin de mantenerlos en cuarentena. La persona enferma debe tratar de lavarse las manos después de toser, protegerse con un pañuelo (preferiblemente desechable) cada vez que tosa o estornude, es muy importante el uso de mascarillas, debe existir una ventilación adecuada del sitio donde habita, entre otras.
La tuberculosis es curable si se atiende a tiempo y si el paciente cumple con el tratamiento indicado por el médico al pie de la letra.