Los síntomas de la vaginitis pueden incluir secreciones de un color blanco grisáceo, el cual suele desprender un olor repugnante, ardor al momento de orinar, y fuerte comezón en las partes internas y externas de los genitales.
Es muy común que en esta zona se localicen un gran número de bacterias consideradas como buenas y en menores proporciones bacterias que pueden ser perjudiciales, sin embargo el uso de agentes externos como por ejemplo shampoo y desodorantes vaginales, pueden llegar a modificar el equilibrio entre dichas bacterias, lo que da paso a que se desarrolle la vaginosis, el tener varias parejas sexuales indiferentemente del género sexual, también pueden incrementar el riesgo de contraerla. A pesar de lo antes dicho, los expertos aún no logran descubrir una causa exacta por la cual se presenta esta infección, lo que si se debe dejar en claro es que si se entra en contacto con sábanas, inodoros o el agua de las piscinas no se corre el riesgo de contraerla.
Los antibióticos son el tratamiento más común a la hora de una infección de este tipo, por lo general es necesario que el tratamiento sea cumplido por periodos de tiempos prolongado con el fin de evitar que la infección reaparezca, en los casos en donde la paciente tenga una vida sexual activa, no requerirá de tratamiento su pareja si es de género masculino, si por el contrario pertenece al género femenino, si se deberá indicar tratamiento.
Evitar la vaginosis bacteriana no es tan sencillo, sin embargo los expertos dan una serie de datos que pueden prevenir en gran medida de contraerla, estos son evitar las relaciones sexuales sin protección, no utilizar lavados vaginales (duchas), no tener más de un amante a la vez y no utilizar desodorantes íntimos.