Este trastorno conlleva a una falta de interés que se puede plasmar en la falta de actividad y en la carencia de respuestas emocionales. Por su parte en el lenguaje corriente, podría decirse que la abulia es la carencia de ganas para hacer las cosas o la sensación de querer pero no poder por tener la sensación de que falta la fuerza. Si un individuo sufre de abulia, suele experimentar un deterioro de la voluntad de actuar, que se puede plasmar como una especie de indecisión y en un sentimiento de impotencia. El afectado generalmente se siente apático e indiferente hacia aquellas cuestiones que antes le daban satisfacción y placer.
A pesar de todo lo explicado, esos no son todos los síntomas, también el individuo presentará pasividad absoluta, carece de todo tipo de movimiento espontáneo o el hecho de que haya llevado a cabo una reducción palpable del tiempo durante el cual se dedicaba a practicar algún pasatiempos, a sus relaciones sociales o simplemente a la espontaneidad.
Es importante destacar que la abulia está considerada como uno de los trastornos más comunes en lo que se refiere a una baja en la motivación que las personas pueden llegar a poseer. Si se pudiera medir la intensidad de la misma, ésta se podría ubicar en medio del camino entre la apatía, que es la falta de motivación más tenue, luego vendría la abulia y el estado más grave de desmotivación que se conoce bajo el término de mutismo acinético.