De acuerdo con la teoría psicoanalítica, un acto fallido es un acto en el que el resultado no se obtiene explícitamente, pero el acto inicial se reemplaza por un resultado diferente. En otras palabras, no se habla de actos fallidos para designar el conjunto de errores de la palabra, la memoria y la acción, sino que alude a aquellos comportamientos que el individuo suele ser capaz de realizar con éxito y cuya falla tiende a atribuir a la falta de atención o al azar. Desde el punto de vista psicoanalítico, los actos fallidos son formaciones de compromiso entre la intención consciente del sujeto y la reprimida. Estos fallos también pueden verse facilitados por la fatiga, la falta de concentración, entre otros.
También se puede decir; que los actos fallidos son aquellos comportamientos que generalmente se realizan correctamente pero que cuando producen errores se atribuyen a una falta de atención o al azar.
Sigmund Freud trata de demostrar que los actos fallidos son iguales a los síntomas, es decir, reflejan el conflicto entre la intención consciente y lo reprimido.
Los actos fallidos ocurren con frecuencia en todas las personas normales, y sus significados no han sido adecuadamente explicados o tomados en cuenta como se lo merece la opinión de este autor.
Por ejemplo, cuando una persona dice una cosa por otra, o escribe algo diferente de lo que es su intención, o cuando lee algo distinto de lo que está escrito, o cuando tergiversa lo que oye.
Estos fenómenos incluyen el olvido temporal, las ocasiones en las que perdemos algo y no recordamos dónde lo guardamos o las situaciones que evocamos, diferentes de las que realmente ocurrieron.