Dentro del contexto de la religión, la alabanza simboliza el acto de vanagloriar A Dios y sus obras. Dentro de la religión cristiana, los elogios son enfocados en dar gracias a Dios Padre y a Jesucristo, de allí que sea parte esencial en las ceremonias cristianas. Por otra parte, el judaísmo ejecuta la alabanza a Dios y a sus obras a lo largo de la historia. En la biblia, específicamente en el libro de los salmos, que ambas doctrinas religiosas (cristianismo y judaísmo) comparten; incluyen una serie de poemas y cánticos en honor a Yahvé. Las personas pueden alabar a Dios de manera interna, cuando oran en silencio y de forma externa por medio de cantos y oraciones.
La psicología sustenta que para algunos individuos las alabanzas pueden llegar a afectar su personalidad, sobre todo en personas con padecimientos como la esquizofrenia o el autismo. Muchas de las hipótesis elaboradas en el área de la psicología afirman que dar y recibir elogios, pueden traer innumerables beneficios a la salud psicológica y corporal de los individuos. Las manifestaciones positivas para aquellas personas que presentan una baja autoestima pueden lograr acrecentar el ejercicio de sus aptitudes laborales y de las actividades que realice en su vida personal, su carácter, su modo de ser y otros aspectos en su vida, pueden verse influenciadas a menudo por la cantidad de alabanzas que reciba. Según los psicólogos que apoyan esta teoría, para los individuos, una de las primordiales motivaciones que tienen en la vida es poder ganarse la mayor cantidad de elogios posibles, tanto en su vida profesional como en su vida personal.
