La ambliopía o síndrome del ojo perezoso como también se le conoce, está relacionada con el estrabismo, sin embargo existen personas que pueden padecer estrabismo sin ambliopía o viceversa. Otros factores causantes de la ambliopía pueden ser la miopía, hipermetropía o astigmatismo, así como la presencia de cataratas en la etapa infantil. Entre los principales síntomas de esta afección están: la falta de coordinación de los ojos, visión defectuosa en un ojo, rotación de los ojos hacia adentro o hacia afuera.
Los especialistas en oftalmología pueden determinar si una persona sufre de ambliopía al practicarle una evaluación completa de los ojos, a menudo es innecesaria la realización de otras pruebas o exámenes especiales. Entre los tratamientos prescritos por el especialista están: si la ambliopía es causada por la presencia de cataratas, entonces se deberá corregir a través de la cirugía; si la ambliopía es originada por miopía, hipermetropía o astigmatismo, lo recomendado es la aplicación de lentes o gafas correctivas, igualmente el oftalmólogo coloca en el ojo normal un parcho, con la finalidad de que el cerebro se vea obligado a reconocer la imagen emitida por el ojo defectuoso.
En muchos casos los infantes que reciben el debido tratamiento antes de cumplir los 5 años de edad tienen una alta probabilidad de corregir el defecto, aunque pudieran seguir presentando dificultades con la manera de percibir la profundidad, aquellos niños que reciben tratamiento después de los 10 años pueden recuperar la visión del ojo defectuoso de manera parcial. Lo recomendable es que los padres estén atentos y ante cualquier anormalidad en la visión de los niños consultar al oftalmólogo y así evitar daños permanentes en la vista de los pequeños.