Según la características de la obstrucción respiratoria puede clasificarse en tres categorías: obstructiva cuando el paciente inconscientemente hace un esfuerzo para poder realizar la ventilación, central en el caso de que no se realice un esfuerzo para tomar aire y mixta cuando hay presencia de las dos características antes mencionada; debido a que esta alteración de la respiración tiene un predominio nocturno mientras el paciente duerme, las personas que lo padecen siempre sienten que no concilian el sueño de forma correcta, por lo tanto, se observan como personas agotadas con el pasar de los días, otros síntomas que se presentan en esta patología a parte de la fatiga crónica, es la constante somnolencia, así como también puede desencadenar trastornos psicológicos como depresión, ansiedad y nerviosismo, sin embargo esta patología no solo se limita a causar alteraciones a nivel respiratorio y psiquiátrico, también puede incursionar con trastornos cardiovasculares por la poca oxigenación que genera la apnea, entre este grupo de patologías cardiovasculares se encuentra, infarto agudo al miocardio, hipertensión arterial e incluso accidente cerebrovascular (ACV).
La apnea del sueño resulta de la relajación de los músculos respiratorios superiores, estos en lugar de mantenerse contraídos y expandidos para permitir el paso de aire durante el sueño se relajan, hay movimiento de la lengua hacia atrás bloqueando repetitivamente el paso de aire. Los factores de riesgo para desencadenar la apnea del sueño son: obesidad sobre todo si hay acumulación de grasa a nivel de la zona del cuello esto produce estrechamiento de las vías respiratorias altas, amígdalas aumentadas de tamaño ya que estas se encuentran justo delante de la faringe y por ende generan obstrucción, el consumo de sedantes, relajantes, alcohol o cualquier sustancia que me genere relajación de la musculatura lisa debido a que favorece el mecanismo patológico anteriormente mencionado.