El proceso de aterrizaje generalmente se considera crítico, de la misma manera que el proceso de despegue. Es por eso que se requiere una superficie adecuada que garantice la seguridad del avión. Usualmente tienen letreros con luces para que este procedimiento se pueda hacer por la noche. En general, los pilotos reciben asistencia de una torre de control y esta se encarga de la forma en que se organizan los despegues y aterrizajes; en estos casos, la sincronización es central, así como la reducción de los tiempos de espera.
En general, el aterrizaje se lleva a cabo según un plan. El avión en cuestión aterrizará en el lugar previamente determinado después de su plan de vuelo. Si surgen complicaciones (con una fuerte tormenta o falla mecánica), es posible que el piloto deba realizar un aterrizaje fuera de los planos (es decir, que no fue planeado).
Este es el caso cuando decide aterrizar en un aeropuerto que no sea el que se proporcionó, por nombrar una posibilidad. Cuando la decisión de cambiar el plan debe tomarse con urgencia debido a la seguridad de los pasajeros y la tripulación en riesgo, se habla de aterrizaje forzoso o de emergencia.
Lo que puede ocurrir es que un aterrizaje de emergencia o también llamado forzado, antes de que ocurra una contingencia en el medio del vuelo. Por ejemplo, se detecta un mal funcionamiento técnico que podría poner en riesgo las vidas de los pasajeros y la tripulación, por lo que el piloto debería aterrizar donde pueda, si es mejor en cualquier otra pista incluida en la hoja de ruta, pero debería hacerlo donde él puede, tomando las precauciones del caso si es posible, tal es el caso de hacerlo en un lugar abierto y despoblado.
