Antiguas civilizaciones vivieron el fenómeno de la autocracia en armonía, diferentes tipos de deidades avalaban el comportamiento autocrático de una cúpula de la organización con bandera y fuerza, la cual era gobernada por un ser humano pero con actitudes supremas. Cientas fueron las poblaciones que se debieron sucumbir a las exigencias de un rey, de una reina, de un monarca o un zar, ya que estos eran los líderes autocráticos de estas eras sociales. La dependencia de los pueblos a los gobiernos autocráticos se desvanecía con el pasar del tiempo, las organizaciones alrededor de estas fundaciones cometían todo tipo de abusos y adulterios contra quienes obedecían los designios del líder con autocracia.
Indiferentemente de la personalidad del político, este plasmaba en las poblaciones que dominaba sus intereses y planes, a fin de que se cumpliera su mandato, estos disponían de un complejo y siempre avanzado ejército que imponían respeto y disciplina. Hoy en día los diferentes sistemas de gobiernos actúan de una manera que beneficia al pueblo y no como en el caso de los autocráticos, sin embargo, la corrupción y las diferentes modalidades de gobierno que se han manifestado en las ultimas décadas en forma de dictadura, dan a entender que los formatos de libertad y unión que ofrecen los gobernantes no son más que un disfraz de la autocracia para dominar las poblaciones y las economías que se desarrollan con facilidad. Existen hoy en día países como Cuba sumidos en dictaduras autocráticas y de las cuales no se han podido deshacer tan fácilmente.