Uno de los ámbitos en los que más se utiliza el término en discusión es en la oncología, ciencia que estudia las neoplasias (formaciones de tejido anormales) y los tumores (tejido cuyas células aumentan se vuelven más grandes y producen inflamaciones), para hablar sobre aquellas protuberancias que no representen un riesgo de cáncer. Es decir, si las células que conforman el tejido no son cancerígenas, estas no se dispersaran por todo el cuerpo, no dañan tejido alguno y la exterminación de la condición podrá ser llevada a cabo con facilidad.
De igual forma, también se utiliza el término benigno para determinar alguna característica resaltante del clima, dándolo a conocer como una circunstancia que no afectaría la vida cotidiana de las personas que puedan estar cerca de la zona donde se predice el estado de la temperatura, agitación y demás.