Los círculos de estudio se caracterizan por: su democracia, cada participante lo hace de manera igualitaria en la toma de decisiones, por medio del diálogo, los acuerdos y sobre todo respetando las reglas establecidas por el grupo. Solidaridad, cada integrante fortalece su comportamiento de cooperación y apoyo mutuo, dentro del círculo y fuera de este, ayudando a los que más lo requieran de acuerdo a sus posibilidades. Reciprocidad, cada participante adquiere un compromiso de compartir las responsabilidades y los logros que se van alcanzando, del mismo modo se promueve la equidad y el trato justo dentro del grupo.
Una vez que la persona desea pertenecer a un círculo de estudios deberá proceder a inscribirse y comprometerse a asistir a todas las sesiones y cumplir con lo que le asignen para esa semana. El colegio o instituto, les facilita un espacio en donde puedan reunirse. Cada círculo estará dirigido por un tutor que se encargará de la planificación de las clases explicando los temas y supervisando los ejercicios. Aquella persona interesada en dirigir un círculo de estudio debe ser un alumno con un desempeño académico sobresaliente en la asignatura en donde desea ser tutor y sobre todo que esté dispuesto a enseñar a sus demás compañeros.