El músculo platisma es el que alberga debajo de sí a la clavícula, así como se mezcla también con músculos como el deltoides y el trapecio. En la cara inferior de la clavícula se destaca por tener un agujero nutricio, además de tener pequeñas zonas rugosas dentro de su superficie. Se relaciona con la expansión de algunos tendones y músculos cercanos, como lo son: el ligamento conoideo, el músculo subclavio y el ligamento trapezoide. En cuanto a sus bordes, son mayormente convexos, gruesos y ásperos, aun así, otros son planos y lisos.
Algunas veces, su anatomía puede ser diferente, siendo modificados por nervios o, en casos distintos, su desarrollo se vería afectado por el estilo de vida que un individuo puede tener, como lo puede ser trabajar en actividades que requieran un esfuerzo físico elevado. En los peces, la clavícula estaba presente sólo en los ejemplares primitivos, pues, hoy en día es casi imposible ser observada en ellos; de la misma manera, algunos mamíferos no tienen esta pieza ósea o la han reducido.