La medición del coeficiente de las personas ha permitido a los sistemas educativos del país generar categorías en las que se establecen a los estudiantes de poca, mediana o sobresaliente actitud académica, esto ha creado una serie de definiciones en función a la disponibilidad de estilos de vida, particularmente en Estados Unidos. El coeficiente intelectual en la educación es una herramienta fundamental a la hora de distribuir funciones en pro de la sociedad en general, en este orden de ideas, se sabe que existen categorías A, B, y C, en las que la A representa a los sobresaliente, personas con el Coeficiente Intelectual sumamente desarrollado, lo que les permite ser incluidos en proyectos y carreras de virtuosa reputación. En la categoría B ingresan personas con un IQ mediano, por lo general se destacan siempre en alguna materia o deporte, pero no obtienen la clasificación de A debido a dificultades en alguna materia primordial. Finalmente la categoría C comprende aquellos sujetos que no superan una expectativa básica, por lo que no son incluidos ni en la B ni A, por lo general, son personas con una educación ineficiente, con limitaciones económicas, las cuales no tienen la oportunidad de insertarse en sociedades con una categoría superior.
El concepto de Coeficiente abre las puertas para dar respuestas generadas en torno a la palabra Inteligencia, la cual no es más que la capacidad adquirida por parte del proceso de nutrición con el que se mide el Coeficiente Intelectual.