Esta sociedad de carácter secreto, surgió entre los siglos XVll y XVlll en Europa. Su propósito era el de preparar a sus miembros en el crecimiento de la capacidad reflexiva y de diálogo. Motivando a sus integrantes a difundir los valores adquiridos entre las personas de su entorno.
Tanto el origen, como sus actividades y la forma como están organizados, son objeto de discusión, ya que por su carácter secreto, resulta complicado tener acceso a esa información. Por lo general, se cree que se encuentran organizados jerárquicamente, existiendo niveles entre ellos: los aprendices, representan el grado inicial, por lo que se encuentran integrados por puros novatos. El grado siguiente es el de “compañeros”, este es el nivel del aprendizaje. Y por ultimo esta el grado de “maestros”, en este nivel se encuentra el masón que participa de forma activa en todo lo relacionado con la organización.
El culto francmasónico se puede analizar a partir de dos corrientes: la masonería regular, la cual se fundamenta en las normas tradicionales. Y la masonería liberal que no se guía por ninguna doctrina o religión.
La masonería regular al ser partidaria de los principios traiciónales, entre los que se destacan: el deber de creer en Dios, o como ellos también lo llaman el “arquitecto del universo”. El deber de creer en la inmortalidad del hombre. Ser varón.
Por su parte, la masonería liberal se basa en el principio de libertad completa de conciencia de cada uno de sus integrantes, son partidarios de la libertad social y el debate de todos los aspectos, incluido el aspecto religioso y político; además de aceptar el papel de la mujer en cada una de sus logias.
En resumen, el culto francmasónico no representa ni una secta y mucho menos una religión, ya que carece de cualquier dogma, sin embargo respeta toda Fe o creencia. Se conduce por tres principios únicos: libertad, igualdad y fraternidad. La manera más específica de entender y utilizar estos principios no se encuentra señalado en ningún escrito, cada masón tiene la responsabilidad de buscarla y ejecutarla personalmente de acuerdo a su conciencia.
En el culto francmasónico no se juzgan las opiniones ya que estas son consideradas libres, solo se juzgan las actitudes, éstas deben ser libres y desprovistas de todo tipo de prejuicios.