El egipcio demótico proliferó gracias a que era utilizado con fines literarios y económicos, mientras que el hierático sólo se mantenía por temas de religión. Entre estos existía un importante contraste: mientras el primero se grababa en piedras y trozos de madera, el papiro y ostraca, materiales mucho más delicados, eran especialmente reservados para el último. Sin embargo, esto, no impidió que se convirtiera en la escritura dominante en tierras egipcia, alcanzando su máxima apogeo hacia el 600 a.C. En la actualidad, para diferencial al egipcio demótico del griego demótico, se le suele escribir con una “D” mayúscula.
El griego demótico, mientras tanto, es la evolución natural de la lengua griega antigua. El término para referírsele se utiliza desde el año 1818, en contraposición a la forma arcaizante artificial, llamada Kazarévuza, la cual fue utilizada hasta el año 1976. El uso de ambas variantes del griego abrió paso a un largo debate, que al final falló a favor del demótico como lengua oficial actual.