En algunas ocasiones, se usa también para referirse a aquellos momentos de enfermedad simple a los que se enfrenta la persona promedio, en especial para los relacionados con el aparato digestivo. La descomposición es uno de los mecanismos biológicos y químicos más comunes e involucra una gran cantidad de vida, a pesar de que inicia con el fallecimiento de un ser.
En términos biológicos, la descomposición no es más que la transición de un ser vivo a una forma más simple de materia. La química, por su parte, la define como la ruptura de aquellas sustancias constituida por las moléculas o iones, formando, así, otras sustancias de moléculas e iones de menor tamaño. Se trata de un proceso cíclico, cuya propósito es el de reciclar la materia presente en los biomas o paisajes bioclimáticos. No todas las criaturas se descomponen de la misma forma, pero es común que estas tengan las mismas etapas secuenciales, es decir, su estado, después de superado el proceso, es similar.
La descomposición puede ser dividida en dos categorías: la abiótica, aquella que es producida por la acción de diversos procesos químicos y físicos, como la hidrólisis; la biótica, también conocida como biodegradación, en la que los seres vivos se descomponen a sustancias o materias más simples.