La procedencia de la diaforesis en su mayoría se debe a la menopausia (interrupción permanente de los períodos menstruales), durante este proceso las mujeres suelen presentar diversos cambios hormonales, los cuales pueden afectar de forma directa la temperatura del cuerpo generando como consecuencia lo que se conoce coloquialmente como sofocos, en donde el organismo empieza a segregar grandes cantidades de sudor. Otras patologías que desencadenan la diaforesis son los trastornos tiroideos, infecciones de tipo bacteriana, la fiebre, etc.
El tratamiento para la diaforesis se basa principalmente en resolver las causas primarias, ya que son ellas quienes dan paso al desarrollo de la sudoración en exceso. En el caso de que el paciente presente menopausia, los expertos pueden implementar una serie de terapias con el fin de reemplazar el estrógeno, ayudando de esta forma a disminuir la diaforesis. Por otro lado en caso de que sea causada por factores psicológicos como la ansiedad o incluso el estrés, es posible que se puedan implementar un conjunto de técnicas de relajación, una opción factible es la práctica del yoga. Realizar de manera periódica ejercicios y mantener un régimen alimenticio saludable sin duda alguna pueden ayudar en gran medida.
En ocasiones los tratamientos médicos convencionales pueden no dar los resultados esperados, es entonces cuando los médico deciden optar por procedimientos no quirúrgico como la iontoforesis, técnica a través de la cual se insertan iones de sustancias en estado activo a través de la dermis, esto mediante el uso de corriente de baja energía, si esto no da resultado es posible que se apele a la realización de una simpatectomía quirúrgica, el cual consiste en el corte de ciertas secciones de los ganglios del sistema simpático.